El otoño ya ha llegado, y con él una de las épocas más bonitas para disfrutar del entorno que nos rodea. Las temperaturas nos dan una tregua pero siguen siendo agradables -y permiten el baño en la playa y/o piscina-; seguimos teniendo horas de luz con los atardeceres más espectaculares del año; y se respira una paz y una tranquilidad únicas.
La propuesta más apetecible es organizar una escapada para descubrir y saborear el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, ya sea en fin de semana o aprovechando alguno de los festivos que se acercan.
Este paraíso de aproximadamente 50.000 hectáreas ofrece infinitas posibilidades. Las rutas de senderismo y en bicicleta son las opciones favoritas de los deportistas, gracias a las cuales se puede acceder a recónditos rincones desde los que maravillarse con escenarios únicos y vistas inolvidables. Y para cada visitante existe una ruta adaptada a su nivel de dificultad, a la duración escogida y, sobre todo, siempre con una señalización clara y concisa.
Con la naturaleza en pleno cambio, los colores del paisaje y la caída de las hojas tornan de melancolía y magia el Parque. Se percibe así una sensación de tranquilidad y reposo difícil de encontrar en verano, perfecta para pasear por sus caminos o perderse por las callejuelas blancas de Agua Amarga.
Las rutas a caballo, la visita a los viveros especializados en cactus, una de las plantas autóctonas que más nos representan, o incluso contemplar las cientos de especies del mariposario de Níjar son otras actividades con las que aprovechar los días de otoño en un entorno envidiable.
Y para recuperar fuerzas, nada como degustar una gastronomía basada en los productos de la tierra, siempre atendiendo a las temporadas. Ahora, los pimientos, las judías verdes, los pepinos y los calabacines están en su punto óptimo. Todo ello como complemento a una lonja de lo más variada y selecta. Desde crustáceos hasta especies como el gallo pedro, los loritos o los galanes.
En El Tío Kiko, gracias a nuestro chef Tomás Rodríguez de Villota, se pueden descubrir, saborear y disfrutar las recetas más auténticas de nuestra tierra, elaboradas con todo el mimo y seleccionando productos ecológicos y respetuosos con el medioambiente. Las cenas se convierten así en el colofón final de una jornada para recordar.
Sabor, esplendor, inmensidad y silencio. ¡Os esperamos!
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